martes, 16 de septiembre de 2014

Estados Unidos rechazó Protocolo de Kioto

Noticias Internacionales

Estados Unidos dió su rechazo definitivo al Protocolo de Kyoto. Alemania planteó seguir adelante con la firma del acuerdo aunque no esté Estados Unidos. Japón, China y Corea del Sur junto a la Unión Europea presionan a Estados Unidos para que cumpla el acuerdo.
El Gobierno de Estados Unidos comunicó a la Unión Europea su rechazo definitivo al cumplimiento del Protocolo de Kyoto. En una reunión realizada en Washington, la administración de George Bush dijo que no apoyará los acuerdos ambientales de Kyoto porque “son injustos para Estados Unidos”. Su postura causó conmoción y rechazo de los gobiernos europeos, como también en Canadá, Asia y Oceanía. Los ministros de ambiente de Japón, China y Corea del Sur se sumaron también a la presión de la Unión Europea para que el presidente de Estados Unidos mantenga los compromisos acordados en el Protocolo de Kyoto. Este acuerdo suscrito en 1997 compromete a 38 países industrializados para que reduzcan las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero en un 5, 2 % respecto de los valores de 1990. La decisión de Estados Unidos es aún más alarmante si se tiene en cuenta que este país tiene un 4, 6 % de la población mundial y genera el 24 % del total de dióxido de carbono emitido a la atmósfera, lo que equivale a 20 toneladas por habitante por año. Los ministros de Ambiente de Japón, China y Corea del Sur, Yoriko Kawaguchi, Xie Zhenhua y Kim Myung Ja, respectivamente, señalaron la importancia de la próxima reunión de la conferencia del Cambio Climático, que se celebrará el mes de julio en Bonn, y sostuvieron que es “vital para que el protocolo de Kyoto se ponga en práctica lo antes posible”. Sin embargo los planes de la Administración norteamericana parecen ser muy distintos. Richard Armitage subsecretario de Estado de Estados Unidos, indicó que antes de la reunión de julio en Bonn, Washington propondrá un plan alternativo para que todos los países, industrializados o no, participen en la reducción de las emisiones.

Si bien la Comisión Europea excluyó la posibilidad de renegociar el Protocolo de Kyoto propuesta por Bush, Goran Persson ministro de ambiente sueco y presidente de turno de la UE y Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, habían afirmado en el diario regional sueco Goteborgs-Posten que algunas partes del protocolo de Kyoto “podrían ser renegociadas para satisfacer a Bush, una cesión parcial preferible a empezar todo desde cero”. El  portavoz de la Comisión Europea, Jean-Christophe Filori, refutó las declaraciones Romano Prodi, sosteniendo que se mantendrán “firmes en el acuerdo de Kyoto. Para nosotros es intocable. Estamos dispuestos a continuar el proceso de ratificación, con o sin Estados Unidos”. Aclaró que también están dispuestos “a reanudar las discusiones sobre los detalles técnicos de la puesta en marcha, pero en el marco de los objetivos fijados en Kyoto. El marco y los objetivos no se pueden tocar”, añadió. El cumplimiento del acuerdo internacional era una de las promesas electorales de George Bush y también un compromiso asumido en la reunión de los Ministros de Ambiente del G-8.
Jürgen Trittin, ministro de ambiente de Alemania, planteó “seguir adelante en la firma del acuerdo de Kyoto sin Estados Unidos” y resaltó que el único camino para la protección del planeta “es la ratificación del Protocolo”. El funcionario indicó que espera que Estados Unidos “no bloquee el proceso de negociaciones” y recordó que “se trata de un acuerdo multilateral, y algún país puede decidir que no participa, pero no puede decir a los demás lo que deben hacer”. Trittin destacó el cambio de actitud de países que hasta ahora estaban reticentes al acuerdo como Australia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega y Canadá. Noruega, está cada vez más cerca de protocolo y Australia y Japón muestran “importantes cambios”. El Gobierno de Bush sostuvo que no tenía interés “en implementar ese tratado”. Bush indicó que no aceptará “un plan que dañe nuestra economía o afecte a los trabajadores estadounidenses. Nuestra economía se ha desacelerado.  También tenemos una crisis de energía, y el poner límites al CO2 no tiene sentido para nuestro país”.
Fuentes: FUNAM (Córdoba); Diario La Voz del Interior (Córdoba); Diario Clarín, Nación (Buenos Aires); Diario El País (España), marzo y abril de 2001.



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