Segundo año

martes, 11 de agosto de 2020

Producción y explotación minera siglo XVI. Hornos de viento indígenas. Los Incas Cursos:2° 1°,2°2° y 2°3° E.S.S N°9

 Historia: 2° año
Profesora: Adriana N. Abbattista
Tema:Producción Minera, división social del trabajo y Tecnología
 Adaptación por la docente  de la fuente : Historia 2 América y Europa entre los siglos XIV y XVII, Mundo dos punto cero, Edit. Tinta Fresca 2013
Fecha de entrega del trabajo: 25/08/20

 Los españoles a partir de los primeros hallazgos de plata y oro en el continente americano, comenzaron a explotar grandes yacimiento mineros. Siendo luego la minería la principal actividad económica más importante de América española. Hubo mayor extracción de volumen de plata, entre los siglos XVI y XVII se embarcaron 32000 toneladas de éste mineral a España.


La obtención de los minerales en un primer momento de la conquista era obtenido mediante el saqueo y robo a los pueblos, luego en las Antillas comenzaron la extracción de oro de los lechos de los ríos, pero se agotó.
Encontraron dos importantes yacimientos, en México el de Zacatecas en la década de 1540, y en Bolivia el de Potosí, ambos fueron explotados y organizaron alrededor de ellos una gran ciudad.Como la del Cerro Rico, llamado así por la cantidad de plata que tenía el cerro. A sus pies se instalaron miles de personas, convivían trabajadores indígenas, mineros, artesanos y comerciantes, fue conocida como la Villa Imperial de Potosí, en ella vivieron alrededor de 250.000 personas.

¿Cómo era el sistema de extracción de la plata?

En un principio utilizaron el sistema de hornillos, la técnica es conocida como "huayra", una técnica andina. Al principio les permitió recibir grandes ganancias, el problema que se presentó fue que necesitaba de grandes trozos con mayor proporción de mineral para poder extraerlo. En 1560 la cantidad de plata extraída disminuyó.

En 1569 con la llegada del Virrey a Lima, Francisco de Toledo aplican otra técnica, la de amalgamiento, lo que permitía refinar minerales de baja ley, separando el plomo y otros minerales de la plata. Para la extracción lo organizaron en etapas:
 1° Proceso de patio: En éste proceso intervenían los trabajadores nativos, llamados mortiris, su trabajo consistía en la molienda del mineral hasta obtener una especie de harina. Los repasiris pisaban con sus pies desnudos la mezcla de lo anterior con sal y mercurio, de ésta manera obtenían la amalgama.
2° Separación de la amalgama: Pasados dos meses la amalgama se separaba, luego se calentaba para volatilizar el mercurio y obtener la plata depurada. En Huancavelica, Perú había minas de mercurio, la Corona española monopolizó la extracción y venta, para asegurarse de tenerlo para el proceso de extracción de plata.

Explotación de la fuerza de trabajo


La minas eran explotadas por particulares, recibidas en concesión por la Corona española, también podían comprarlas o arrendarlas. Las inversiones corrían por cuenta propia, y los empresarios tenían que entregar el quinto real, esto consistía en una quinta parte de lo que se produjera en la explotación.
Los empresarios se aseguraban de su éxito disponiendo de mucha de mano de obra, que en un principio fue esclava, indígenas esclavizados. Como en las Antillas. En el año 1500 la reina Isabel de Castilla declaró libres a los aborígenes, que pasaron a ser vasallos de la Corona. A partir de ése momento el trabajo minero lo siguieron haciendo los indígenas distribuidos en encomienda y los yanaconas, los últimos eran los indígenas excluidos de sus comunidades y obligados a trabajar por los españoles.
La mita, fue implementada en la década de 1570, por el virrey Toledo, en Perú se utilizó el trabajo forzado en las minas. Según el acuerdo por la ley, una séptima parte de cada comunidad estaba obligada a pagar tributo (los hombres entre 18 y 50 años) debían trabajar en las minas o en obras públicas de dos a cuatro meses, una vez cada siete años. Las partidas de trabajo se organizaban por sorteo, lo hacían los líderes indígenas, llamados Curacas. Miles de indígenas fueron trasladados desde Tucumán y Cuyo a Potosí en la segunda mitad del siglo XVI.
La ley además establecía que las autoridades coloniales debían pagar salarios y establecer períodos de descanso, no lo cumplieron. Sometían a los mitayos a largas jornadas de trabajo, con poco alimento, sin respetar el tiempo de descanso. Además tenían que cumplir con una cuota o cantidad determinada de mineral extraído. Para poder cumplir los mitayos en algunos casos pedían ayuda a su familia para que los ayude en la extracción, lo que hacía que la familia también se deba trasladar cerca de la mina. Los mitayos que en su origen eran campesinos, agricultores tuvieron que delegar su trabajo a la comunidad. La mita significó una transferencia de recursos desde las comunidades agrícolas a la minería. Muchos huían de sus comunidades, porque sabían que podían morir en accidentes durante la extracción, por cansancio y agotamiento, por enfermedades respiratorias, cáncer, contraídos en el turno.
Fragmento de Luis Capoche (1959 [1585]:158) caracterizaba al cerro como un "verdugo", hablaba sobre la mita y el desarraigo que generaba, y abundaba en ejemplificaciones sobre las condiciones laborales que incluían hundimientos de las minas y mitayos sepultados, trabajadores de ingenios que morían aplastados y azogados. Sobre la salud y enfermedades mineras señalaba:

Y ordinariamente los bajan muertos y otros quebradas las cabezas y piernas, y en los ingenios cada día se hieren. Y solo el trabajar de noche y en tierra tan fría y asistir al mortero, que es lo de más trabajo por el polvo que reciben en los ojos y boca, basta para hacerles mucho daño. Y así está el hospital [lleno] de indios heridos, y mueren cada año más de cincuenta, que esta fiera bestia se traga vivos (Capoche 1959 [1585]:159).

Hubo otro grupo, llamado mingas, eran asalariados libres que hacían trabajos especializados y recibían un salario mejor.


 Fragmento https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-73562014000300005


  Actividad 1
Indica las afirmaciones falsas, identifica y explica el error.
a-En un principio, la Corona Española no estaba interesada en aprovechar recursos mineros de sus posesiones.
b-Zacatecas y Potosí fueron los principales yacimientos mineros.
c-Los yacimientos americanos eran de oro.
d- Desde su descubrimiento el Cerro Rico de Potosí explotó los recursos utilizando la pólvora.
Actividad 2
a-Utiliza Google Earth y localiza Potosí y Zacatecas. También puedes buscar con Google Maps ¿En qué zonas de México y Bolivia, se encuentran respectivamente? Utiliza para responder centro, oeste, norte, etcétera.
b-Señala los lugares anteriormente buscados en un mapa del continente americano n°3 físico-político. Indica el mobre de los países en que se encuentran dichas ciudades.
Actividad 3
Explica los métodos de extracción que se utilizaron en Potosí ¿En qué se diferenciaban?
Actividad 4
Reemplaza los términos destacados por expresiones equivalentes.
a-El quinto real consistía en la quinta parte de lo que se producía en la explotación.
b-Los trabajadores de las minas eran provistos por poblaciones originarias.
c-La mita significa un alto precio para las comunidades de origen de los mitayos.
d-Los empresarios sometían a los mitayos a jornadas larguísimas y extenuantes de trabajo.
Actividad 5
Redacta un texto corto sobre el sistema de obtención y explotación de los recursos. 
Actividad 6

a-Luego de leer la información, que a continuación figura deberás contar la experiencia e investigación que llevó a cabo la Universidad de Buenos Aires en Tilcara, Jujuy.
b-¿Por qué piensas que quisieron hacer ésa investigación? ¿Cómo lo relacionas con nuestra materia?
 
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas
20/05/2014 | CIENCIA CON VOZ PROPIA

Una aproximación experimental a los saberes y tecnologías metalúrgicas surandinas precolombinas
Para conocer cómo los indígenas andinos producían metales preciosos un programa de arqueología construye en Jujuy distintos tipos de hornos metalúrgicos.


Pablo Cruz

Pablo Cruz. Foto: gentileza investigadores.
Por Pablo Cruz * y Florian Téreygeol**

Desde sus descubrimientos en distintas partes del planeta, los metales guardaron siempre un importante lugar en la vida social y económica de los seres humanos. No solo por el enorme potencial de sus materias, que permitieron la elaboración de objetos resistentes, sofisticados y con múltiples cualidades, sino también por el enorme encanto que provocaron sus brillos y tonalidades, principalmente el oro y la plata. Así llegaron a constituirse como los principales referentes del poder y de la riqueza terrenal.
Pero, hay un aspecto más de los metales que provoca nuestra fascinación: la manera mágica en que ellos son producidos. En efecto, para obtener los metales es necesario primeramente extraer de las entrañas de la tierra los minerales metalíferos, y luego manipularlos reiteradas veces mediante el calor u otros agentes físicos o químicos. Transformando la roca sólida en un líquido viscoso, incandescente y centellante, y luego en un nuevo material sólido y brilloso, la antigua metalurgia, basada principalmente en el uso de hornos, fue en todos lados el dominio de las alquimias.
Por su gran concentración en yacimientos minerales, el espacio surandino (sur de Bolivia, norte de Chile y de Argentina) fue una de las regiones del continente donde la producción de metales alcanzó su máximo desarrollo, sobre todo a partir del Ier milenio de nuestra era. En los últimos años, numerosas investigaciones arqueológicas realizadas en distintas localidades de esta región pusieron en evidencia numerosos establecimientos mineros y metalúrgicos prehispánicos, destacados tanto por la escala de la producción como por la sofisticación de las tecnologías empleadas.
De hecho, una de las principales razones por las cuales los inkas se expandieron desde el Perú hacia el sur a finales del siglo XV fue la procuración de nuevos yacimientos de minerales metalíferos y el encuentro de nuevas tecnologías para su transformación en metales preciosos. Luego, con la llegada de los españoles, la explotación de los recursos minerales presentes en esta región se convertiría progresivamente en el centro y motor económico de la empresa colonial en el “Nuevo Mundo”.
Una idea de lo que implicó la producción de metales en la vida social y económica en los comienzos de la Colonia se encuentra en las plumas de cronistas como Reginaldo de Lizárraga (1545 – 1615), quien señaló la existencia en Potosí de más 4.000 “huayras” (hornos de viento indígenas) funcionando de manera simultánea en los cerros que rodean la Villa Imperial, “…que por la mayor parte cada noche ardían, y verlas de fuera y aun dentro del pueblo no parecía sino que el pueblo se abrasaba…”.
La producción de los metales andinos no solo tuvo impacto en el destino de la población indígena, sino que provocó cambios en una escala planetaria. No solo la Revolución Industrial fue posibilitada por recursos generados por las minas del Alto Perú, principalmente Potosí, sino que los primeros ensayos de la producción en cadena y mecanización tuvieron lugar en los ingenios mineros alto-andinos del siglo XVI y XVII.
Dada su importancia, la antigua minería andina fue objeto de numerosos estudios históricos – y en menor medida arqueológicos -, principalmente en torno a la Villa Imperial de Potosí y las fabulosas vetas de plata del Cerro Rico. Sin embargo, poco conocemos en la actualidad sobre los procesos de transformación metalúrgica, y en particular acerca de las transferencias de saberes y tecnologías entre indígenas y europeos.
Con el objetivo de llenar esta vacancia de conocimientos, desde el año 2003 llevamos adelante conjuntamente un programa de investigaciones arqueológicas principalmente centrado en áreas mineras del altiplano surandino de Bolivia, entre ellas Potosí y sus alrededores.
Los datos obtenidos sobre antiguas minas y sitios metalúrgicos prehispánicos y coloniales, y su articulación con las informaciones brindadas en los documentos coloniales (siglos XVI y XVII) dieron lugar a que se iniciara hace cinco años un programa de arqueología experimental donde se construyeron y se pusieron en funcionamiento distintos tipos de hornos metalúrgicos andinos. Por cuestiones logísticas, tales actividades fueron desarrolladas durante estos años en la plataforma experimental de Melle, un pequeño pueblo de Francia donde se encuentran ubicadas las antiguas minas de los Reyes Francos.
Por primera vez, en abril de este año, las actividades con hornos metalúrgicos andinos fueron realizadas en la localidad de Tilcara, en la provincia de Jujuy, con la colaboración logística del Instituto Interdisciplinario Tilcara de la UBA. Ellas tuvieron su centro en la construcción y puesta en funcionamiento de 7 hornos del tipo “huayrachina” (hornos de vientos indígenas), los cuales fueron elaborados de acuerdo con los datos arqueológicos obtenidos en las investigaciones anteriormente realizadas y con las informaciones brindadas por las fuentes históricas. Los hornos fueron construidos totalmente con arcillas locales y puestos a prueba en una meseta de altura aledaña al pueblo de Tilcara.
Como principal resultado se logró, por primera vez en este tipo de hornos, la extracción de plomo argentífero a partir de mineral de galena procedente de la mina Aguilar, reconstituyendo así la antigua cadena operativa. Las pruebas realizadas permitieron igualmente constatar la alta eficacidad de este tipo de hornos de tamaño relativamente reducido. Funcionaron únicamente con carbón vegetal y la acción del viento de montaña (con una velocidad entre 4 y 11 metros por segundo), alcanzando temperaturas superiores a los 1.200°C. Asimismo, verificamos en las fundiciones un consumo notablemente reducido en carbón vegetal, un aspecto de suma importancia en el ambiente semi-desértico del altiplano surandino.
A raíz de los resultados alcanzados, se prevé establecer en Tilcara una nueva plataforma experimental sobre las antiguas metalurgias, el primer emprendimiento de este tipo en Latinoamérica.
* Investigador adjunto del CONICET, actualmente se desempeña como director interino del Instituto Interdisciplinario Tilcara (Facultad de Filosofía y Letras – UBA). Realizó estudios de posgrado (maestría y doctorado) en la Universidad de Paris I Panthéon-Sorbonne y post-doctorado en la Maison Sciences de l’Homme (París) y el Centre d’Ecologie Fonctionnelle et Evolutive (CEFE-CNRS, Montpellier). Arqueólogo y antropólogo, sus trabajos sobre la antigua minería y metalurgia andina se concentraron en el sur de Bolivia y norte de Argentina.